[vc_row][vc_column][vc_column_text]Siempre, cuando tengo un primer contacto con el estudiante, después de saber de sus metas y proyectos hacia el idioma, le recomiendo que viaje. Ciertamente le recuerdo la posibilidad de invertir el dinero que piensa dedicar a mis clases, en viajar por cualquier país hispanohablante. Cuando ellos escuchan mi sugerencia, en sus ojos se puede ver la expresión de sorpresa, lo sé. Pero es que lo que más quiero es que aprendan lo máximo. De hecho, coincide que los mejores estudiantes casi siempre vienen con más fuerza y determinación después de haber viajado e interactuado con el idioma y la cultura hispana. ¿Sí?
¿Quieres escuchar este post? ↓
Pues hoy, disfrutando de una infusión de equinácea con limón, estaba viendo la vídeo-entrevista con mi estudiante Tim de la pasada inmersión de septiembre. En esta entrevista le hago 4 preguntas y sus respuestas son “la Biblia”. Además de responder en un muy buen español, lo que dice son reflexiones que yo secundo y entre las que destacan la “camaradería” que había entre nosotros y la interacción afable, generosa y muy interesante de los locales de estas tierras hacia ellos, mis estudiantes. Es decir, al final, como siempre, lo que prevalece en la memoria son las personas.
¿Has pensado en la palabra humanidad? No me refiero a su acepción del sustantivo que indica el colectivo de seres de la misma especie que vive sobre el planeta que somos nosotros, no. Me refiero a su función adjetiva. Humanidad es sinónimo de empatía, cooperativismo, sensibilidad, apertura mental y emocional, confianza, valor y gozo por mejorar individualmente para ser útil colectivamente. Siguiendo este criterio, subjetivo mío, aprender español u otro idioma, o música o cocina tailandesa, en definitiva: aprender, es una acción que repercute para mejorar el mundo.
De entre todas las actividades de SpanisHolidays, Tim recuerda especialmente la interacción con locales y las visitas a unas bodegas. Pero si escuchas su porqué, resulta que lo que más destaca de esa visita ¡son las personas que nos atendieron en ella! ¿curioso, verdad?
Este hecho, y el que haya tenido la ocasión esta semana, de trabajar la psicología comunicativa, con un estudiante de Oregón (EE.UU), en el que destacaba la comunicación gestual y de contexto, me han hecho muy feliz de recordar la fluidez que había entre todos nosotros todo y teniendo diferentes niveles del idioma, así como de conceptos culturales (había estudiantes de tres continentes distintos). Entonces, siguiendo la definición anterior: era un grupo muy humano. Lleno de paz, buena voluntad y respeto. Es decir, comunicativo y dialogante.
Me encanta tocar el bajo eléctrico, hoy en día es fácil de aprender con tutoriales en YouTube, profesores en línea, infinidad de podcast, etc… pero comunicarme con el instrumento con otros músicos, es una opción que conservo fiel desde el primer día. No me gusta imaginarme a mí mismo tocando con otros músicos grabados como si fuera un karaoke, y eso mismo lo extrapolo a una comunicación oral con terceros.
Quizás mi mensaje sea reiterativo, pero lo merece. La comunicación ha sido fundamental en la supervivencia y prevalencia de unas civilizaciones sobre otras. Ahora, en este mundo tan globalizado, no podemos ir en dirección opuesta.
[/vc_column_text][vc_empty_space height=”17″][/vc_column][/vc_row]