[vc_row][vc_column][vc_column_text]Espero no enrollarme como una persiana y ya que siempre me gusta hablar sin tapujos y sin pelos en la lengua voy a ir al grano en este audio-artículo. En realidad, me la trae al pedo si lo leen cuatro gatos o al contrario, si se pone hasta los botes de comentarios, pero este tema es tan importante como útil.
¿Quieres escuchar este post? ↓
La verdad es que los modismos, para mí, son como los nuevos jeroglíficos egipcios. ¿Por qué? Porque los símbolos (palabras en nuestro caso) comprimen mucho significado. Creo que ni se me va la pelota ni me paso de rosca cuando comento que siempre va de película o sobre ruedas comunicarse así ya que evitas tener que hablar por los codos para trasmitir mensajes largos y que se te cuelgan en la mente. Es verdad que hay que conocerse el idioma como la palma de la mano aunque estas expresiones están hasta en la sopa y no tienes que dejarte un riñón para conseguir dinero porque los cursos de idiomas cuesten un ojo de la cara.
Sin embargo, hay que ir al loro para que al usar estos modismos no te salga el tiro por la culata y te pongas colorado con el error. Lo chungo del asunto es que, a veces, son un hueso duro de roer ya que no le echan cuenta a aspectos tan importantes como la cultura, la religión y otros “limitadores” lingüísticos que pueda tener el hablante. Es por eso que, a veces, él que escucha se queda con un palmo de narices y de repente, una conversación que iba como la seda, se queda empanada y él que escucha puede pensar que estás como una cabra.
Los estudiantes de idiomas, cuando su avance va de película, están como unas castañuelas y se lo pasan pipa, entonces, suelen meter la nariz en el asunto de los modismos y es en ese momento en el que los ojos se abren de par en par y tienen un flechazo con la cultura del idioma. El aprendizaje de este aspecto gramatical, para mí, se debe ir alternando con la gramática y nunca aprendiéndolo a regañadientes o fuera de contexto porque te lo puedes pasar en grande y así no aburrirte como una ostra ni tampoco que tu ilusión te dé calabazas.
Es difícil aprender bien cualquier cosa en la vida sin dar ni un palo al agua, no es necesario romperse la espalda, ni estudiar como una gallina ponedora sin poder pegar ojo. Simplemente hay que afinar el oído y ser un lince para ir con pies de plomo cuando patinen en tu lengua.
Es bueno darle varias vueltas al cocido y practicar más de una vez y no dudar en lanzarte a preguntar a nativos si el modismo es correcto o se te va la pinza y te has cargado el diccionario.
Cuando veas que las frases hechas van como las olas, entonces te verás que sin venir a cuento, hablas por los codos pero por la senda correcta y de cabo a rabo de la conversación tu mensaje cabalga en español real. No te vayas por las ramas, en tus manos está disfrutar y porqué no, quedarte con nosotros a las primeras de cambio.[/vc_column_text][vc_empty_space height=”17″][/vc_column][/vc_row]