[vc_row][vc_column][vc_column_text]El primer año ha llegado y ha pasado. Ha sido un año diferente, peculiar y realmente único. Un año dónde este gran mundo ha sido acorralado por un pequeño virus, un ser minúsculo, casi invisible pero que se ha hecho visible hasta en nuestros sueños… y pesadillas.
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Sé que te ha dado pereza viajar, volar, hacer planes a medio o largo plazo, lo sé; pero ahora es momento de darle un giro a la situación. La pandemia es como conducir un coche: hay que tener respeto pero no miedo. Con miedo, paranoia, prejuicios o inseguridades es muy difícil actuar con serenidad y sinceridad con nosotros mismos, es decir, actuar de manera que nos acerque a la felicidad eso que estás planeando.
En pocas semanas empieza un año nuevo y en pocos meses una nueva primavera que acogerá nuestra primera inmersión de este 2022 que se nos echa encima. Es el momento de actuar con firmeza y decisión.
Yo me conformaría en la próxima inmersión lingüística, con tener un grupo de estudiantes igual al que tuve el mes pasado: pasional, educado, curioso, divertido, cooperativo y muy positivo. Estos adjetivos son preciosos, lo sé, pero son exactamente los que definen al grupo internacional que inauguró SpanisHolidays.
Para organizar el evento tuve que trabajar mucho, actuar y rectificar en constantes ocasiones, pero el resultado fue tan bonito que el esfuerzo estuvo mil veces recompensado.
Lo que más me gusta de este nuevo proyecto que se avecina es que casi todo va a ser diferente: la residencia, el entorno, las actividades y la pedagogía cambiaran en su forma, que no en su fondo. Es decir, va ser muy retador y eso ¡¡me da mucha vida!! ¡¡Mucha!! Sigo con la certeza de que las BIE (Barcelona Immersion Experience) son algo único, diferente y muy honesto con el aprendizaje del español. Practicar tu español con locales, vivir 24h rodeado del idioma, hacer unas clases cooperativistas dónde todos nos ayudamos y a la vez, conocer el entorno que hace que los españoles seamos así, te ayudarán a mejorar desde la esencia del aprendizaje. A veces pienso que es como un jardín de infancia (kindergarten) dónde los niños aprenden interactuando, observando y relacionándose entre sí, y escuchando a un guía, la profesora, que simplemente modera y aconseja. Sí, así aprendimos nuestra lengua materna: abriendo más los ojos que los oídos y mira, no nos ha ido tan mal.
He cumplido el primero de muchos aniversarios que espero me ayuden a ayudarte a seguir apasionado y apasionada por un idioma tan genial que hace que ahora estés leyendo u oyendo este audio-artículo. Por supuesto, quiero terminar esta carta dándote la gracia por haber colaborado de alguna forma con este proyecto. Cuando visualizas un vídeo, lees un post o escuchas una canción de nuestro Spotify, estás ayudando y mucho a que este barco siga navegando ¿y sabes? No es por los ingresos económicos, no. Es por que son piedrecitas que sujetan mi ánimo, mi moral, recargas mi energía y doblegas mis labios formando una sonrisa que acompaña a un pensamiento: estamos en un camino preciso y precioso que nos enseña la meta: disfrutar a cada paso. Sí, porque el aprendizaje es un camino sin final.[/vc_column_text][vc_empty_space height=”17″][/vc_column][/vc_row]