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La Vela

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Tenemos dos nubes grises sobre este camino del aprendizaje: El aburrimiento y la ansiedad.

El aburrimiento que genera el no avanzar o progresar al ritmo que nos gustaría y la ansiedad que eso nos genera. En realidad, el orden es intercambiable porque ambos están interrelacionados y la verdad, es que no sabría decir cuál de los dos es más amenazante y por eso, me inclino a pensar que cada persona es distinta por lo que de ese factor dependerá.

El querer aprender, como cualquier proceso que requiera largo tiempo, me parece como una vela. Se puede apagar “de aburrimiento” sola, si no tiene oxígeno o por la acción de una corriente de aire fuerte, intensa… “ansiosa”

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Siempre relacionamos el mejorar nuestro nivel de español con tener más cantidad de conocimientos: conocer más reglas, tiempos y formas verbales, vocabulario, etc… pero nunca consideramos una mejoría por el factor calidad  y esto, sin duda, es también una señal de progreso. El aumento a lo ancho es más efectivo y duradero que a lo alto.

¿Cómo aumentar la calidad? Leyendo mejor y no más rápido, invirtiendo tiempo pronunciando mejor en lugar de conjugar perfectamente modos verbales complejos pero mascullando las palabras. ¿Qué es mejor? ¿Saberse todas las preposiciones o que las que sepamos usarlas bien? Puedes usar como una comparación tu trabajo y tus funciones durante el mismo. Es mejor dominar lo imprescindible y luego ir ampliando conocimientos.

Recuerda cuando tu vocabulario era reducido y cuando empezabas con tus primeras frases en las que conjugabas de la misma manera las frases en presente y en pasado. Recuerda cuando hablabas a lo “Tarzán”; estoy seguro de que tu satisfacción era mucha cuando ibas aprendiendo a conjugar, sí, pero no era mayor que decir algo sencillo en un contexto correcto y que los otros sonrieran por haber dado en la diana.

Casualmente hoy, una estudiante con nivel alto de español (en calidad y cantidad – es una excelente cocinera de cocina española – ) me comentaba su fascinación sobre unos estudiantes, de determinada nacionalidad, que aprenden más rápido que nadie. Yo le mostré mi desacuerdo diciéndole que no es lo mismo aprender gramática rápidamente que el aprender del contexto social y cultural en paralelo a la gramática. Esos estudiantes, lo reconozco,  son “máquinas” aprendiendo los conceptos gramaticales pero casi ninguno sabe del origen de los modismos, los artistas más famosos de nuestra cultura, etc…  ¿de qué sirve aprender a tocar el piano con excelencia y a gran velocidad si luego se interpreta un rock and roll en un funeral por la ignorancia del contexto social?

El aburrimiento y la ansiedad son fácilmente evitables si en vez de obsesionarnos en devorar aplicaciones de vocabulario, lincharnos de hacer ejercicios de gramática y avanzando frenéticamente en los verbos; ponemos cuidado en sonar mejor, en no usar siempre las mismas estructuras e ir curioseando en la cultura hispana. Seguro que te has encontrado con gente que habla tu idioma a un nivel muy alto pero su fonética te molestaba y dificultaba la comunicación. ¿Sabes? Si paseas por sitio turístico vas a ver a muchos extranjeros que hablan correctamente el idioma pero ponen “Ketchup” en la paella por darte un ejemplo. En realidad, todo es cuestión de gustos, pero lo que más gusta es lo que te roza las emociones y eso siempre va a depender y mucho, de lo ancho que sea el espectro de tu español.

Controlemos la ansiedad e ignoremos al aburrimiento. Mantengamos las velas encendida que nos guiarán en la senda cuando oscurezca con las nubes grises.[/vc_column_text][vc_empty_space height=”17″][/vc_column][/vc_row]

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