[vc_row][vc_column][vc_column_text]Finalmente me quedo un día más en la ciudad, como mínimo. Voy a aprovechar este segundo día y por eso, he decidido madrugar. Granada es una ciudad construida en alto y por eso, el madrugar, dependiendo en que época del año puede hacerte creer que estás de Francia hacia arriba y para coger calor, yo me hago un té caliente, un pequeño bocadillo con “pan de máquina” de Andalucía, los meto en una mochila pequeña y me dirijo al Mirador de San Nicolás.
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Tiene las mejores vistas y es un lugar precioso para ver el atardecer, pero desde que el matrimonio Clinton lo visitara, hay un gran reguero diario de turistas, es por eso que hay que visitarlo al revés: por la mañana para disfrutar de las vistas de La Alhambra, el Generalife y Sierra Nevada sin hacerlo entre cabezas como si fuera un concierto de los U2. Al estar en el Albaicín, eso significa camino inclinado, pero no te preocupes, en el camino encontrarás fuentes de agua fresquísima. Sí, el agua de Granada está como sus tapas: buenísima.
Allí, es un buen lugar para meditar que hacer. Yo decido disfrutar de un baño, una visita interesante y “tapear”. Sí, no mucho hoy, no cantidad sino calidad de visitas.
Empiezo por una visita interesante y, aprovechando que estoy en el Albaicín, me voy a la Casa de Zafra que es un antiguo palacete nazarí y que después fue residencia de funcionarios de los Reyes Católicos, el Sr. Zafra fue su contable. Este lugar tiene unas vistas preciosas y además un aljibe original que junto al palacio en sí mismo te transportará a otra época.
Después continuo “con el agua” visitando los baños árabes de El Bañuelo en la Calle del Darro. Sí, esa que te comenté que está llena de gente siempre. Pero realmente, están tan bien conservados los baños que vale la pena un poquito de estrés (evitable cuánto más pronto vayas a la visita) y realmente ver lo que eran unos “hamanes”- baños árabes – hace varios siglos. Bueno, después de un baño (hay la opción de masaje), ya hemos hecho hambre y entonces el tapeo sí o sí, lo hago en la Calle Elvira que está a menos de 10 minutos caminando. Allí encontrarás muchos bares y restaurantes (yo prefiero los bares porque es más “grupal”, hay más interacción entre la gente, te sientes unos más de los locales y siempre hay comentarios y bromas “al aire” que arrancan las carcajadas de todos, los “granainos” tienen mucho salero). Las tapas las hay para todos los gustos: de carne, vegetarianas, de pescado… un universo para el paladar. ¿Para empezar? Que mis huesos caigan directos en el Bar-Restaurante Los Manueles para probar sus migas. Allí, encontrarás de todo. Pero la segunda ronda me la doy en el Bar los Diamantes que son más de “pescaito” y arroz caldoso típico andaluz. Termino en la Antigua Bodega Castañeda que sirven unas raciones más grandes y así “quedo comido”. La diferencia entre la tapa y la ración es que la tapa normalmente es para una o dos personas y la ración para 4 como mínimo.
Mañana visitaré La Alhambra a primera hora de la mañana que es cuando hay menos sol y menos turistas. Haré la ruta del agua. No es ninguna ruta que encontrarás en ninguna guía, la llamo así porque me gusta seguir las pequeñas canalizaciones de agua originales que hay por los jardines y así descubrir este precioso enclave lleno de flores y rincones secretos como creo que lo harían los niños de ese palacio hace años. Por cierto, si intentáis comprar por Internet los tikets, te saldrán muuuuuuchas opciones. La oficial, mejor y más barata es aquí> https://tickets.alhambra-patronato.es/
Bueno, la más barata es haber nacido en Granada, que entonces es gratis.. aunque recordemos que las cosas importantes no cuestan dinero… y el placer de estar aquí, es una de ellas. Gozaré de la visita, unas 2 horas y media y después, hacia Málaga.
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