[vc_row][vc_column][vc_column_text]Dejando atrás la provincia de Barcelona el interrogante es ¿subir o bajar? Cataluña es la región de España que recibe más turistas y obviamente, no es solamente por la ciudad capital, no, es porque cada una de las cuatro provincias tiene un atractivo singular.
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Pensando en ir hacia Valencia, voy a tomar exactamente la dirección contraria: iré hacia el norte siguiendo el litoral hasta llegar a la frontera con Francia para luego bajar. Lo hago subiendo por la costa hasta llegar a Blanes. El primer pueblo de la Costa Brava. Lo hago rápido porque hasta esa ciudad, hay multitud de pueblos que su nombre termina con “… de Mar”. Esos pueblos son muy atractivos para el turismo de borrachera y eso hace que la gente local se haya puesto a la defensiva con los extranjeros y les cueste ser espontáneos. Por eso, te recomiendo pasar las estaciones de tren sin prestar ni siquiera atención hasta llegar a la citada Blanes. Desde allí, todo es más amable y cuanto más al norte, mejor: más auténtico. El objetivo es saborear una parte del Mediterráneo comparable a las islas griegas por su hermosura, gastronomía, calidad de vida, oferta de ocio (como el submarinismo) y como no, de su arte arquitectónico.
La provincia de Girona hospedó a artistas maravillosos como Picasso o Dalí y tiene algo mágico que hizo que incluso los primeros griegos llegaran aquí y se quedaran para hacer una colonia: Ampurias. Lugar imperdible de visitar.
Este lugar es inspirador y por eso ha sido, es y será cuna de los mejores restaurantes del mundo (Can Roca, El Bulli…) los festivales más especiales de música y sobre todo, residencia de muchos bohemios de todo tipo de popularidad. De hecho, en las estadísticas, Girona siempre aparece como la provincia española con mejor calidad de vida.
Te invito a disfrutar del mar con naturalidad. No solo por la multitud de calas de escondido acceso y a las que solo los locales saben llegar ¡pregúntales! Si no también, porque si conectas con la sensibilidad de la fauna y flora zonal, vas a pasar unos días idílicos que te harán parecer que estás fuera de la vieja Europa.
La gente local tiene un ritmo diferente, con una sonrisa constante en la boca y paladar delicado, te sorprenderán indicándote lugares, a primera vista humildes para comer, y que esconden auténticos chefs anónimos.
Si el viento de la tramontana te deja, podrás disfrutar de veladas en la playa y en esos pueblos, desde Semana Santa hasta que saluda el frescor del otoño, hay festivales de música y cultura todos los fines de semana donde sí o sí vas a ser invitado por gente local a tomar un “ron cremat” (ron caliente).
El interior de la provincia es maravilloso. Menor en contacto con el turismo extranjero, está lleno de pueblos pequeños o muy pequeños, donde todo está empedrado y las montañas son lo suficientemente suaves para disfrutar de un senderismo o unas rutas a caballo por ellas. Como sabes, hoy en día, todo esta al alcance de la palma de la mano… o del dedo, ya que con un teléfono con conexión puedes encontrar todo tipo de actividades que, con toda seguridad te harán pensar ¡¡necesito más díaaaaas!
Besalú te sorprenderá si en tu país no hay construcciones medievales, Begur te enamorará como también, los pueblos más al norte Sant Pere Peratallada o Sant Pere Pescador o la gema: Cadaqués, que nada más pisarla te demostrará sin preguntarlo, el porqué Dalí se quedó a vivir allí. Por cierto, no te pierdas su casa en Port Lligat (es una caminata de 25 minutos preciosa desde Cadaqués) o el Castillos de Púbol… o cada metro de esta costa que te sacará tu lado artístico.
El próximo audio-artículo entraré en la ciudad que dirige todo esto: la bella ciudad de Girona.
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