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Mi España 31 – La Ciudad de Córdoba

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Llego a Córdoba con la sensación de familiaridad. Sí, en muchos aspectos esta ciudad es un pueblo grande donde todo el mundo se conoce pero por otro lado, Córdoba es una ciudad que da la impresión de que eternamente se está construyendo, que nunca se termina y, esta sensación viene desde hace miles de años, no exagero.

Ha sido tan intenso el patrimonio romano y posteriormente el judío, el musulmán y el cristiano que cada año aparecen más y más descubrimientos que amplían sustancialmente su ya de por sí extenso patrimonio.

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Sin duda Córdoba se merece como mínimo tres días. Sí, tanto si te ha llevado a venir aquí el montante de monumentos como sí no, necesitas más de dos días porque estoy seguro de que encontrarás algún sitio de comer en el que querrás repetir. Seguro.

Está claro que la reina de la ciudad es la Catedral-Mezquita. Al igual que por ejemplo, la Sagrada Familia de Barcelona, se ha ganado a pulso ser la principal atracción. Este edificio se podría describir como “historia”. Sí, son varias las civilizaciones que se han mostrado y reflejado en este edificio y todas ellas están presentes. Sin dudarlo se merece una visita doble porque hay vida, emociones y legado en cada uno de sus rincones espectaculares. Además, la entrada no es cara (unos 12€) y si madrugas no mucho, la podrás visitar gratuitamente.

Después de esta parada de obligada visita, dependiendo del rato que hayas estado, yo iría a comer o visitaría otros lugares. Córdoba, al igual que el resto de la Andalucía promocionada, tiene una oferta gastronómica casi de 24 horas y es por eso que no debes de preocuparte por el tema avituallamiento. Creo que lo más conveniente sería hacer la “Ruta de los Patios” o “La Calleja de las Flores” que son, como el nombre dice, una ruta de calles cercanas a la Catedral-Mezquita y en la que pasas por patios floridos, coloridos que contrastan con el blanco de los muros de sus casa… sobre todo en primavera y verano.

Podrás ir alternando cada uno de  esos rincones foto-génicos con el salmorejo, los flamenquines, las berenjenas fritas, el pescado japuta, el rabo de toro y sus sabrosos caracoles y…  La oferta gastronómica cordobesa es muy variada y muy exquisita.

Por la orientación, esta ciudad es especialmente hermosa con la luz del atardecer. En ese momento muchos turistas salen a fotografiar sus calles (especialmente la Ruta de los Patios y las calles floreadas) y es por eso, que yo prefiero irme a los exteriores: al Puente Romano para disfrutar de él y de sus vistas. Si eres de museos, entonces sí o sí debes visitar el Museo Arqueológico Vivo del Al-Andalus que además, está localizado en la preciosa Torre de Calahorra. Es decir, al lado del puente.

Córdoba es otra de las muchas ciudades en las que las murallas que antaño defendían la ciudad, ahora es una cadena de puertas y arcos preciosos y dignos de cruzar como: la Torre de la Malmuerta (con una preciosa leyenda en su honor)  la Puerta del Puente, el de Almodóvar o el de Sevilla por ejemplo.

Además, el Puente Romano es una buena introducción para su patrimonio milenario. Hay mucho vestigios bi-milenarios de la presencia de los césares aquí: el Templo y los Mausoleos, son casi de obligada visita. Al igual que, para mí, la zona más hermosa de la ciudad: La Judería. Sí, tengo predilección por los laberintos de calles centenarias que me hacen viajar en el tiempo y, la de esta ciudad, junto con la de Girona, son las juderías que más me secuestran las emociones.

Por último, yo me dedicaría un día a visitar El Alcázar y sus Jardines. No tienen nada que envidiar a ningún monumento arabesco de España, Marruecos, Túnez u otro país mediterráneo. Realmente es una fusión de vegetación, agua y piedra que invita a relajarse. Si dedicas un día a estos dos lugares y a, por supuesto, a la inigualable Medina Azahara (está a menos de 10km) que te harán evidente que la civilización del Al-Andalus fue en su época de las más avanzadas del mundo. Es un legado muy bien conservado y del que vale la pena leer un poco antes de visitarla para saborearla con más profundidad.

Como puedes intuir, Córdoba no se puede visitar en un día ni en dos. No lo digo yo, lo dirán tus emociones cuando la recorras. Además, hoy en día, con el tren de Alta Velocidad desde Madrid, en menos de dos horas estás de centro a centro de ambas ciudades.

Estoy casi en la mitad geográfica de esta preciosa comunidad autónoma española. Mañana saldré para la gran desconocida de las provincias. Voy hacia el este a visitar Jaén. ¿Te vienes?

 

 

 

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