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Mi España 36 – La Provincia de Cuenca

[vc_row][vc_column][vc_column_text]¡Cuenca es única! Ese es el eslogan de la ciudad y la provincia y, la verdad es que no es presuntuoso. Todo el que ha visitado esta provincia o incluso solo la capital, siente que algún recuerdo de esa visita permanecerá para siempre en su memoria porque Cuenca es la belleza de la sencillez.

Tanto Cuenca como Castilla – La Mancha sufren un poco la injusticia de la poca consideración por parte de las campañas de marketing de turismo pero eso, a nosotros, viajeros que deseamos descubrir una España diferente a la del “Sol y Playa Disney” nos viene de perlas, es decir perfecto.

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El centro de España tiene la belleza global que da la calma y visitarlo es como escuchar una sinfonía, cada instrumento (provincia) armoniza con la partitura global (la región de Castilla) y por eso es su conjunto lo que da el sentido. Cuando viajo por Castilla tengo la sensación de que el cambio de frontera es un punto y seguido. Algo así como visitar el centro de EE.UU, su atractivo está en la “aparente normalidad”. Pero cuando nos adentramos en esta zona de la Península Ibérica descubrimos que detrás de ese paisaje aparentemente poco sorprendente, mientras conducimos por sus carreteras comarcales, en realidad está lleno de recovecos increíbles.

Nuevamente voy a intentar resumirte en una jornada lo que yo haría en tres o cuatro días. Sí, Cuenca tiene tantos pueblos y parques naturales tan bonitos que ni los mismos conquenses conocen todos ellos.

Te propongo una ruta en diagonal del suroeste al noreste y así visitar siete preciosos pueblos. Entre ellos y el resto de la provincia hay muchos parques naturales pero es imposible visitarlos todos si no te planteas estar semanas por Cuenca.

Esta ruta la empezaría por Mota del Cuervo, este pueblo, como todos, tiene iglesias, ermitas, monasterios y edificios históricamente remarcables pero voy a destacar las genuinidades y en este pueblo, conocido como “El Balcón de La Mancha” por sus vistas increíbles, destacan los molinos de viento inmortalizados por Cervantes en su Don Quijote. Por aquí hay que pasar.

Después seguiría por la N-420 hasta llegar a Belmonte, desde lejos ya ves el castillo que está muy bien conservado y que destaca sobre ese precioso pueblo de calles y casas blancas con tejado rojo que te invitan a pasear entre ellas y disfrutar del “zarajo” o el “morteruelo” con vino manchego y otras joyas de la gastronomía de Cuenca como el internacional queso de oveja curado manchego: espectacular.

Sí o sí, después de Belmonte, a unos 55Km de la misma N-420 está Castillo de Garcimuñoz. Allí, retrocederás en el tiempo mientras callejeas entre la Iglesia de San Juan y las calles señoriales del pueblo. Siempre podrás entablar una conversación tan larga como tú tengas tiempo porque a los lugareños les encanta de saber quién les honra con su visita.

En menos de media hora por la N-III llegamos a Alarcón y el frescor del río Júcar y la vegetación que crea, es un respiro de aire fresco. El castillo también es espectacular y si dispones de presupuesto o te apetece un regalo, puedes pasar la noche allí porque está reconvertido en hospedaje. Nuevamente, gastronomía, paseos por el río y un buen vino con los locales hacen que te sientas en la España auténtica en la que nadie te va decir ni “yes” en inglés. Es el sitio.

En menos de una hora y atravesando pueblos bonitos y discretos como Motilla del Palancar o Campillo de Altobuey, que te tentarán a parar, llegarás a Enguídanos. Allí, el río Cabriel, forma piscinas naturales y embalses que te sorprenden con esa frondosidad y fertilidad que desde la carretera ni se sospecha y que en la estación de calor, son gloria bendita.

Quizás el tramo de carretera más hermoso sea el que une esta población con Moya. Tras 90 minutos por la CM-2200, una carretera local que te invita a no correr y sí a admirar, llegarás a esta población que te transmitirá la sensación de pueblo abandonado, con sus recintos amurallados, pero que tiene una hospitalidad formidable en su gente formidable.

Hasta la última parada, Cañete, tienes dos carreteras, dependiendo de las ganas que tengas de serpentear o de llegar rápido a esta población que, también amurallada y con construcciones tradicionales de casas blancas con tejados rojos, te dará hospedaje, mantel y amistades locales como si llevaras años visitándola.

A una hora conduciendo está la capital y allí estaré mañana. Hay tres sitios al oeste de la ciudad que son maravillosos: Uclés con su monasterio, Segóbriga con su patrimonio romano y San Clemente con su centro histórico. Eso quiere decir que esa zona de la provincia es también preciosa, interesante y que entre estos 9 puntos, hay parque naturales preciosos y muy accesibles como La Ciudad Encantada o Las Caras de Buendía. O sea, puedes montarte una buena ruta cambiando de pueblos y entornos.

Yo te he compartido “mi” Cuenca pero hay infinidad de ellas. ¿Ahora? A por la capital.

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