Hoy es el noveno día del nuevo año. Y estoy pensando en los 11 mejores momentos del pasado 2021 y la verdad, todo y siendo un año extraño a nivel mundial, para mí ha sido un año de iluminación. He disfrutado de mi primera inmersión y mi primer tour privado con estudiantes internacionales, por toda España. He podido comprobar y, lo más importante, sentir en mi interior de que lo que invito a todo interesado por el idioma y cultura española a sentir, es verdadero y emocionante.
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Casualmente, el viernes, mi estudiante de Singapur me comentaba de sus retos para este año y de sus proyectos y cuando la oía hablar, descubría dentro de mí la clave para que un proyecto tenga éxito: que ese proyecto sea la extensión de uno mismo. Sí, la credibilidad empieza y termina en uno: la publicidad, los “podcast” de las redes sociales, la página web, etc… todo eso se desvanece si cuando el receptor de ese proyecto está frente de ti y no siente que es verdad. ¿Cuántas veces has comprado algo seducido por la publicidad y luego te ha decepcionado enormemente? ¿Sí, verdad? Pues en eso yo estoy muy tranquilo porque he notado a cada uno de los integrantes de la inmersión del pasado otoño, relucientes y con los ojos brillantes durante el tiempo que estábamos juntos, y también después en conversaciones posteriores ¡incluso algunos quieren repetir! Señal inequívoca de que es creíble el proyecto. Por esta razón, y poniéndome un poco melancólico – en el sentido de echar la mirada hacia atrás -, me gustaría compartirte estos once momentos, por poner un número, más impactantes de este pasado año SH 2021.
Como en muchos aspectos en la vida, la primera vez es la más especial y es por eso que recibir mi primera solicitud de clase privada y leer que alguien depositaba su confianza en mí, sin conocerme y sólo confiando en el vídeo explicativo de la web, me emocionó. Ser profesor es una gran responsabilidad. Podemos hacer que un estudiante se emocione o aborrezca un idioma o cualquier materia. Es por eso, que con todo el sentido de la responsabilidad acepté y bueno, a día de hoy llevamos más de 35 clases juntos y el resultado es perfecto porque ambos sentimos que obtenemos beneficios.
Otro momento especial fue cuando el propietario de la casa de la pasada inmersión me dijo: “me gustas tú y me gusta tu proyecto, ¡venga!” Estaba tan contento que no recuerdo si salí de esa reunión caminando o volando.
El tercer momento fue en esa casa y muy muy especial también: el recibir uno a uno a mis estudiantes entrando por los jardines de la casa. La sensación era de que nos conocíamos de antes y la voluntad de agradar, colaborar, sumar y participar activamente fue algo que se anunciaba en la sonrisa de sus rostros y en la emoción del tono de sus voces. Me sentía el anfitrión más feliz del mundo.
Del tour privado de 8 días por España, el momento más “nirvana” fue paseando por los jardines de La Alhambra. Poder mostrar a mis estudiantes los jardines del monumento más visitado de España, y sobre todo, el lugar dónde paseaba mi madre de moza, me llenaba de un cosquilleo que no puedo describir.
Volviendo “al nido”, encontrar Can Ferran, esta mansión del s.XV y conocer al Sr. Manel, el propietario, también está en esta lista imborrable y emotiva. He estado en pocas moradas tan especiales y preciosa como esta y que sea el lugar dónde nos hospedemos en las inmersiones de este año, hace que, a veces, crea que es un sueño. El lugar es tan bonito.
Los otros cinco momentos están en un vaivén entre lo real y lo virtual. Entre lo humano y lo “en línea”. Responder mi primer comentario a un vídeo, grabar un vídeo sobre cómo elaborar una tortilla de patatas con mi madre, hacer el vídeo explicando el subjuntivo en la preciosa villa de Sitges y sentir que ese lugar hay que compartirlo, ascender hasta la cima de Montserrat con mi primo hermano o la entrevista con Verónica, una atleta paralímpica que me demostró, no solo con sus palabras, sino con hechos, de que todo es posible; fueron acciones que mezclaban y unían lo más humano e interno de mí mismo con la vía digital para compartir esas emociones contigo y con todo el mundo.
Ver como los estudiantes siguen en contacto es el último momento memorable de esta lista, pero lo es porque quiero destacarlo por encima de todos. El éxito de las inmersiones depende del factor humano más que de ningún otro. La casa, la comida, las actividades, etc… pueden ser espectaculares, pero si el grupo humano no cuaja, entonces, lo anterior no sirve para nada. Es por eso que califico como exitosa mi inmersión primera. Porque el grupo sigue relacionándose entre sí, e incluso, algunos tienen reuniones periódicas para seguir mejorando su español. Increíblemente creíble.
Por eso, en este año que tiene 9 días de existencia, más que nunca: ¡Seguimos! Feliz año 2022.[/vc_column_text][vc_empty_space height=”17″][/vc_column][/vc_row]
