[vc_row][vc_column][vc_column_text]Estoy disfrutando mucho con mis progresos en la enseñanza de la pronunciación del español, tanto con el progreso de ellos como con el mío. Tengo estudiantes con mucha determinación, entusiasmo y, lo más importante: aparecen constantes retos que afrontar.
¿Quieres escuchar este post? ↓
Hace 2 años tuve a un estudiante irlandés que era sordo en un 90% de ambos oídos. Es decir, que prácticamente no escuchaba nada. Su sordera empezó en la adolescencia, o sea, mucho antes de que pensara ni siquiera en estudiar español. Pues bien, lo mágico es que a través de la memorización y lectura de labios, conseguí que pronunciara bastante decentemente los fonemas y su expresión oral se convirtió en una realidad ¡¡maravilloso!! Nunca podré olvidar esa experiencia. Gracias de nuevo Sean.
Ahora, estoy enfrascado en una aventura similar pero con un grado menor de complicación. Mi estudiante no es sordo pero sí tartamudo. Sí, mi estudiante balbucea o más técnicamente dicho, sufre de disfemia. Este trastorno le impide hablar sin interrupciones y dependiendo de su grado de nerviosismo, incluso sufre tensiones musculares y en ocasiones le cuesta controlar algunos gestos faciales. Entonces, avancé un paso más en la docencia de la pronunciación: decidí aplicar la músico-terapia.
¡Sí! ¿En tu país no hay ningún cantante que cuando habla fuera del escenario tiene una voz singular, poco agradable, muy ronca o fea? ¿Has tenido la oportunidad de hablar con algún locutor de radio “fuera de micrófono” y que te haya sorprendido de que tuviera un acento muy fuerte y diferente al de “el locutor”? Elvis Presley, Marilyn Monroe o Bruce Willis han sufrido disfemia (tartamudez) a lo largo de sus carreras y su éxito ha sido y es indiscutible. Sí, la mente es sorprendente
Mi ayuda ha sido más efectiva desde que me di cuenta de que la mayoría de problemas de pronunciación tienen relación con la velocidad, sí. Los errores o falta de limpieza al pronunciar se hacen más evidentes cuanto más corres al leer o pronunciar. Exactamente como cuando conduces un vehículo, cuanto más rápido lo haces, más inseguro te desplazas.
En el caso de la tartamudez es lo mismo: emociones como la ansiedad, estrés, la vergüenza, culpa, miedo, ira, etc.. agrandan el problema. Entonces ¿cómo elaboré mi sistema? Sencillo: con la compensación. Mi sistema fonético está basado en la rectificación de errores haciendo ejercicios con fonemas opuestos a los que estamos perfeccionando. Pues resulta que en el caso de la gente que balbucea, el hemisferio derecho tiene una hiperactividad para compensar la menor actividad del hemisferio izquierdo, que es el que controla nuestra capacidad de expresión oral. Estudios han demostrado que la música es capaz de balancear ambos hemisferios, lo dicen estudios científicos y estudios míos basados en la experiencia.
El mensaje en este audio-artículo es que no hay ningún obstáculo para perfeccionar tu pronunciación, tu español y tu vida, que no tenga solución. Hay que buscar el equilibrio y desde esa objetividad elegir, sin prisa, el camino que evite el viento que apague la vela o que le llegue a faltar oxígeno.[/vc_column_text][vc_empty_space height=”17″][/vc_column][/vc_row]