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Usted y mi Madre, Tú y Yo

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Mis dos últimas entrevistas a hispanohablantes para el canal de Youtube han sido a una persona de Honduras oriental y a otra de la zona costeña del sur de Ecuador. En ambas, he usado durante toda la entrevista el registro formal de “usted” todo y teniendo una complicidad real con ellas desde el minuto uno que podría a invitar a un tuteo amigable.

Seguro que te has preguntado alguna vez: ¿Cuándo “tú”? ¿Cuándo “usted”? Hay muchas teorías, pero la mía, es que es una cuestión cultural, no de ser más educado o menos.

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Mi madre, mujer, andaluza de la posguerra, que empezó a trabajar, sin saber ni a leer ni a escribir, de mujer del hogar para ricos cuando tenía 11 años, que recibió una educación católica severa y bajo una sociedad hiper-clasista, tiene el “usted” como forma natural y eso hizo que de escucharla, yo lo incluyera en mi oratoria sin problemas. Sin embargo, mi padre siempre ha usado un registro neutro o informal para hablar con desconocidos, todo y siendo de orígenes humildes muy similares.

En España, exceptuando las Islas Canarias y zonas rurales del sur, donde sí se mantiene el “usted” a padres o amigos, si después de un largo tiempo, con tu vecino, con el dependiente de la tienda donde compras casi a diario, compañeros de trabajo o de grupo de una misma actividad (montaña, ciclismo, lectura, etc…) sigues usando el “usted” después de varios encuentros, significa que no deseas tener una relación más cercana  y deseas mantener una distancia personal y emocional. En Latinoamérica, usar usted con un familiar o amigo de toda la vida es habitual. De hecho, si se tuviera la mala suerte de ser abordado por un delincuente, seguramente atracaría hablando de “usted” a la víctima. Incluso, hay muchas regiones de ese continente en el que lo padres llaman de “usted” a los hijos.

Recuerdo que en mi visita a la prisión de Alcatrazz (San Francisco, EE.UU.) me sorprendió que en la primera entrada al edificio, estuviera colgada la bandera de España, pero solo con el escudo del Reino de Castilla (exactamente como el emblema actual de la ciudad de Los Ángeles, California) Esto hace que me atreva a dar una teoría: al ser mayoritariamente canarios, andaluces, castellanos y extremeños – gentes del reino castellano –  los que llegaron a las Américas durante los primeros y decisivos años de la colonización, y además la mayoría de clase baja y sirvientes o convictos, fueron ellos los que trasmitieron su versión humilde y acomplejada del lenguaje a las gentes de las regiones receptoras.

De hecho, no solo el “usted” se llevaron en las tres carabelas,  “ahorita”, “despacito” y cientos de diminutivos que ahora recorren desde el sur de los Andes a Vancouver.

Creo que el respeto en cualquier idioma no está en las palabras, sino que está en la intención y el alma que cobijan cuando se pronuncian. Muchas veces un silencio puede ser muy maleducado o una mirada muy comunicativa. De hecho, a veces creo que la palabra es el camino más largo para comunicarse. ¿Qué opina usted u opinas tú?

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